lunes, 10 de noviembre de 2014

Bizcocho de manzana y nueces {Lluvia y otoño}

Ya es otoño de forma reglamentaria: lluvia, abrigo y botas katiuskas.

Y también viene acompañado de manta y sofá, y por supuesto de bizcocho.



INGREDIENTES

1 yogur natural (sin azúcar)
70g de mantequilla
3 huevos M
1 sobre de levadura
3 medidas de harina
2 medidas de azúcar
1 medida de leche
3 manzanas
1 cucharada de azúcar avainillado
Pizca de sal
1/2 cucharadita de jengibre en polvo
1 1/2 taza de nueces peladas

Las medidas las cogemos con el recipiente vacío del yogur.


1. Ponemos a calentar el horno a 180º.


2. Pelamos las manzanas y las cortamos en trocitos. Aprovechamos también para abrir y trocear las nueces. Reservamos.


3. En un recipiente mezclamos con ayuda de unas varillas los huevos, la pizca de sal, la mantequilla (derretida) y el azúcar. A continuación añadimos el yogur y la leche y volvemos a mezclar.

Ahora añadimos el harina y la levadura previamente tamizados. Mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea (yo siempre uso sólo unas varillas, pero si os resulta más cómodo usad batidora).


4. Por último añadimos los trocitos de manzana y nueces. Removemos un poco para distribuirlos por toda la masa.


5. Si es necesario engrasamos el molde y vertemos la mezcla. Horneamos durante unos 30-40 minutos, hasta que esté dorado y firme.


6. Lo retiramos del horno y esperamos al menos 30 minutos para desmoldar sin causar destrozos.


7. Dejamos que el bizcocho se enfríe antes de servir y espolvoreamos un poco de azúcar glas por la superficie.






martes, 28 de octubre de 2014

Quiche de salmón

Odio a muerte el cambio de hora de invierno. Y ya sé que teóricamente es para aprovechar mejor las horas de luz y conseguir ahorro energético y bla bla bla, pero la verdad es que en la Castilla profunda es bastante deprimente. De repente se hace de noche pronto prontísimo y el frío llega (normalmente, no como éste año que casi casi estamos aún en verano) .

Así que para ver si se me pasaba un poco, decidí preparar una quiche de salmón para cenar. Y no me da vergüenza reconocer públicamente que me encanta preparar este tipo de cosas para cenar (quiches, pizzas, empanadas y demás familia) porque SIEMPRE sobra y eso significa que a la mañana siguiente ya tienes el desayuno preparado.

A la hora de hacer una quiche (tarta salada en versión francesa) sólo tienes que abrir la nevera y añadir la combinación que más te guste. Y yo creo que la de salmón o salmón ahumado definitivamente está entre el TOP5 de mis favoritas.




INGREDIENTES

100ml leche
3 huevos L
250ml nata para cocinar
100g queso semi-curado/queso mozzarella
1 cucharada de aceite de oliva
1 rodaja de salmón
12-15 aceitunas negras
Sal
Pimienta negra
Eneldo

BASE: Masa quebrada
200g harina
100g de mantequilla
1 vaso de agua fría
1 cucharadita de azúcar
1 pizca de sal


1. Primero preparamos la masa quebrada: en un recipiente añadimos el harina previamente tamizado, el azúcar y la sal. Sacamos la mantequilla de la nevera y cortamos los 100g en daditos. Mezclamos todo y amasamos (con las manos, para que con el calor se vaya fundiendo la mantequilla).

Una vez que tengamos una textura como de "migas", añadimos el agua fría y seguimos amasando hasta obtener una masa homogénea. Formamos una bola, la envolvemos en film transparente y la metemos entre 45-60 minutos en la nevera.

Si vais mal de tiempo o estáis vagos, también puede comprarse en prácticamente cualquier supermercado.


2. Precalentamos el horno a 180º.


3. Cuando la masa haya reposado en la nevera, con ayuda de un rodillo la extendemos sobre una superficie lisa y enharinada. Engrasamos el molde y lo forramos con la masa, retirando los bordes sobrantes.

Colocamos por encima un puñado de garbanzos (o cualquier otra legumbre que tengamos por casa) para que se abombe lo menos posible y horneamos durante unos 15 minutos. Al sacarla del horno, retiramos los garbanzos y reservamos.


4. Mientras se hornea la masa quebrada, empezamos a preparar el relleno. Preparamos la rodaja de salmón a la plancha con un poquito de sal y pimienta, no hace falta que el pescado esté totalmente hecho porque luego con el calor del horno se terminará de hacer.

Sacamos el trozo de pescado y lo picamos y desmenzamos teniendo cuidado de retirar todas las espinas). Aprovechamos ya para cortar las aceitunas en trocitos. Reservamos.


5. En un bol, mezclamos con unas varillas los huevos, la leche y la nata. Añadimos una cucharada de aceite de oliva y volvemos a batir.

Ahora incorporamos los trocitos de salmón y aceitunas y añadimos las especias: un poquito de sal, un poquito de pimienta negra y eneldo de forma un poco más abundante (aunque esto va en gustos, así que probad antes de hornear). Por último añadimos el queso recién rallado y distribuimos un poco los tropezones de forma uniforme.


6. Vertemos la mezcla sobre el molde con la masa quebrada y horneamos a 180º durante unos 45 minutos, hasta que la mezcla esté bien cuajada y dorada.


7. Servir templado o frío.



viernes, 10 de octubre de 2014

Vasitos de uvas con queso {que saben a beso}

Por fin ha llegado octubre. Otro año más en Toro en estas fechas estamos en temporada de vendimia y vino. Y eso hay que celebrarlo. Y no podía ser menos que con un fin de semana de salir a comer y a beber vino.

Por ese motivo no podía hacer otra cosa que traer un postre con uvas, un vasito de uvas con queso (que siempre hay que tener en cuenta aquello de uvas con queso, saben a beso).

Se puede usar cualquier variedad de uva. Yo he elegido uva tetacabra que es una variedad de uva rojiza que es bastante dulce y se da por esta zona.






INGREDIENTES

Para 4 vasitos de unos 100ml

200g queso mascarpone u otro queso crema
1 yogur natural sin azúcar
1-2 racimos de uvas
1/2 limón
Una pizca de canela en polvo


1. Lavamos las uvas que vayamos a emplear y con un poco de paciencia, retiramos las pepitas y ya de paso vamos partiendo las uvas en un par de trozos.

No os recomiendo que uséis batidora porque más bien se obtiene un mosto lleno de tropezones de uva (y lo digo porque ya lo probé...).


2. Añadimos el zumo del medio limón a las uvas. Reservamos.


3. Con ayuda de una batidora de varillas batimos el mascarpone u otro queso crema si se preferie, para que se vaya adquiriendo una textura más cremosa. Añadimos el yogur, las uvas y la canela y seguimos batiendo hasta obtener una textura deseada.


4. Colocamos la mezcla en vasitos con ayuda de una manga pastelera (es bastante útil para no poner a los pobres hechos unos zorros), los tapamos con film y los metemos un ratito a la nevera antes de consumirlos.


5. Servir como postre o merienda.

Si se prefieren sabores más dulces, se puede añadir un par de cucharadas de azúcar glas a la mezcla según se esté batiendo.


lunes, 29 de septiembre de 2014

Chocolate chunk cookies

Entra el otoño y se acabaron las terrazas. Vuelve la lluvia, la pereza y los pijamas y empieza a querer hacer malo. Es tiempo de volver a hornear.

Mis chocolate chunk cookies puede que no sean las galletas más bonitas del mundo (y aunque las miro con buenos ojos, no me ciega el amor, así que puedo decir que son unas galletas del montón, simpáticas y resultonas, pero no bonitas) pero eso sí, están taaaaan buenas y son taaaaaan fáciles de hacer, que te dan ganas de quererte casar con ellas.

La receta me da la dio mi profesora de speaking y encima ya que estábamos tuve la suerte de que me las enseñara a hacer. Además, esta receta de galletas tiene categoría de infalible.




INGREDIENTES

Para 20-24 cookies

170g mantequilla sin sal
170g harina
170g azúcar moreno
170g chocolate con leche
2 huevos M
1 cucharadita de azúcar avainillado
60g copos de avena
Pizca de sal

1. Precalentar el horno a 180º (arriba y abajo).


2. Con ayuda de un cuchillo, cortamos el chocolate en trocitos de más o menos del mismo tamaño, pero desiguales. En este tipo de galletas no se suelen usar los chips de chocolate que ya vienen preparados. Reservamos.


3. En un recipiente ponemos los huevos, la pizca de sal, la mantequilla (es mejor añadirla derretida o en punto pomada, dejándola un ratito antes de usarla fuera de la nevera) y el azúcar (moreno y avainillado). Mezclamos todo con ayuda de unas varillas o de una batidora.

Añadimos ahora el harina previamente tamizada y los copos de avena. Removemos para incorporarlos bien a la mezcla. Por último añadimos los trozos de chocolate.


4. Ponemos una lámina de papel de horno sobre una bandeja de horno. Con ayuda de 2 cucharillas, ponemos varios pegotes de masa sobre el papel. No hace falta aplastar la masa en forma de galleta, con el calor del horno van a formarse solas.

Dejar un poco de separación entre los distintos pegotes, para que cuando se estén haciendo no se junten unas galletas con otras.


5. Ponemos el horno sólo con la resistencia de abajo o si mantenéis el calor arriba y abajo bajar la temperatura a 150º, para que el calor no sea tan intenso. 


6. Horneamos 10-15 minutos y ¡estar atentos del tiempo para que no se os quemen!


7. Al retirarlas las galletas del horno, ponerlas a enfriar sobre una rejilla.


8. Consumir tibias o frías (yo las prefiero frías porque tienen más sabor, pero siempre es inevitable comerte alguna que aún está incluso ardiendo).



martes, 16 de septiembre de 2014

Musaca

¿Qué haces si te regalan una bolsa llena de berenjenas recién cogidas de un huerto? Primero te pones muy contenta y das las gracias (que hay que ser educado) y luego entre otras cosas, preparas una musaca.

Es un plato estrella en la cocina griega, aunque los señores de la Wikipedia me informan de que también es un plato tradicional de los Balcanes y el Medio Oriente.




INGREDIENTES (4 personas)


4 berenjenas medianas
2 dientes de ajo
1-2 cebolletas
400g de carne picada
2 tomates maduros
1 cayena
Aceitunas negras
Aceite de oliva
Orégano
Pimienta negra
Sal

Bechamel:
3 cucharadas de harina
2-3 vasos de leche fría
Pizca de nuez moscada
Pimienta negra
Sal


1. Lavamos y cortamos las berenjenas en rebanadas finas (tampoco excesivamente finas para que no se nos rompan luego) y les añadimos sal en abundancia y las ponemos un ratito sobre un escurridor.

Una vez que hayan ido soltando un líquido marrón, las ponemos bajo el grifo y las lavamos. Colocamos las rebanadas sobre papel absorbente o sobre un paño de cocina limpio, para eliminar el exceso de agua.


2. Mientras tenemos las berenjenas con la sal, empezamos a preparar el relleno: picamos finamente las cebolletas y los dientes de ajo y los ponemos a pochar en una sartén con aceite de oliva (añadir primero la cebolleta porque si añadimos el ajo desde un principio lo más fácil es que se nos queme).


3. Añadimos a la sartén donde tenemos el ajo y la cebolla, los tomates lavados y cortados en 6-8 trozos (yo no suelo pelarlos), salpimentamos y añadimos un poco de orégano y unas aceitunas negras cortadas a la mitad. Bajamos el fuego para que el tomate se vaya haciendo lentamente.


4. En una sartén con abundante aceite de oliva, freímos las rebanadas de berenjena por ambos lados y vamos sacando los trozos sobre papel absorbente. Es importante eliminar bien el exceso de aceite de la berenjena para que luego el plato no nos quede demasiado "grasiento". Reservamos.


5. En otra sartén con una pizca de aceite oliva, preparamos la carne picada. Añadimos sal, pimienta, orégano y si os gusta el picante, una cayena. Es mejor preparar la carne por separado para poder luego escurrir sin problema todo el agua que va a ir soltando.

Una vez eliminada el agua, añadir a la sartén donde tenemos reduciendo la salsa de tomate.


6. Precalentamos el horno a 180º (arriba y abajo).


7. Preparamos la bechamel: Ponemos en una cazuela aceite de oliva y sin ponerla al fuego aún, añadimos las cucharadas de harina y mezclamos bien todo hasta que no queden grumos.
Ahora sí ponemos la cazuela al fuego y dejamos que se caliente y la harina se haga, todo ello sin dejar de remover para que no se nos pegue. Añadimos la leche sin dejar de remover enérgicamente hasta que obtengamos la consistencia deseada. Por último añadimos sal, pimienta y nuez moscada.


8. Montamos la musaca sobre un recipiente apto para horno: primero colocamos una capa abundante de berejena, encima colocaremos la carne con el tomate y por último ponemos la bechamel. Si me sobre berenjena, también coloco otra capa por encima de la carne.

Se puede añadir también un poco de queso por encima de la bechamel para que se gratine.


9. Horneamos arriba y abajo a 180º durante unos 20 minutos y para que se gratine todo sin problema, ponemos la función grill 5 minutos más.


10. Servir recién hecha.



viernes, 5 de septiembre de 2014

Chips de plátano {Mariquitas}

¡Hoy vengo con plátanos debajo del brazo!

Reconozco que hasta que no probé el plátano elaborado de esta manera, la única forma que conocía de introducirlo en recetas saladas era el plátano frito en el arroz a la cubana.

Es un snack fácil de preparar. Siempre lo sirvo acompañado de alguna salsa (aunque NO lo necesita) porque normalmente hay gente muy reacia a comerlo solo. Así que os lo traigo acompañado de una salsa de yogur y curry para romper el hielo.

Aunque el nombre de chips de plátano queda muy bien y muy sobrio, reconozco que tiene más encanto el nombre de la receta en versión cubana, mariquitas.




INGREDIENTES

1-2 piezas de plátano macho verde
Aceite de girasol
Sal

Salsa de yogur y curry
1 yogur natural sin azúcar
1 cucharadita  de curry
2 cucharadas de zumo de limón
Pimienta negra
Pizca de sal


1. Pelamos y cortamos el plátano en rodajas finas.


2. Freímos las rebanadas de plátano en abundante aceite (mejor si está muy caliente), hasta que estén doradas por los 2 lados.

Retiramos y vamos colocando los trozos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. No olvidéis añadirles un poco de sal.


3. Para preparar la salsa, en un cuenco vertemos el yogur y le damos unas cuantas vueltas con ayuda de una cucharilla para romper la textura del embase. Añadimos la sal, el curry, el zumo de limón y la sal. Removemos y probamos por si hace falta corregir la salsa.


4. Servir recién hechos o fríos, acompañados de la salsa.


Si queréis poneros en modo más sano y saludable, se pueden elaborar al horno colocando las rodajas de plátano en una bandeja con un poco de aceite de oliva. Horneamos a 200º durante 15 minutos por cada lado.



miércoles, 20 de agosto de 2014

Helado de galletas Oreo

De los creadores de: "¡Ya está bien! ¡No voy a comprarme más chismes para la cocina!", llega a sus pantallas: "Au se ha comprado una heladera."

Después de tener cientos y cientos de trastos, no saber ya dónde meterlos y prometerte a ti misma que no vas a seguir comprando cosas... Vuelves a hacerlo, vas y te compras más chismes que esperas al menos usar... Te odias a ti misma, todo el mundo te riñe y después de un tiempo, vuelta a empezar.

Así que después de pasarme un montón de días jugando con mi nuevo juguete, probando mil recetas y definitivamente rompiendo la esperanza de todo tipo de dieta este verano, he conseguido empezar a hacer helados aceptables.

Lo importante a la hora de hacer helados caseros es que todo esté muy frío a la hora de ponerte manos a la obra y que la masa tenga una cantidad adecuada de grasa para que el helado quede cremoso. Se pueden hacer sin problema manualmente, simplemente cuesta un poco más de trabajo.

 

INGREDIENTES

300ml de nata para montar
200ml de leche entera
3 cucharadas de azúcar
1 cucharada de azúcar avainillado
10-12 galletas oreo


1. En un cazo ponemos a calentar a fuego medio la nata, la leche y el azúcar. Mezclamos y removemos bien todo y calentamos unos minutos sin que llegue a hervir. Retiramos y dejamos que enfríe un poco y guardamos la masa en la nevera unas 10-12h para que esté bien fría. 

2. Trituramos con ayuda de una picadora o con un rodillo las galletas Oreo y reservamos porque se añaden justo al final.

3. Ponemos en marcha la máquina y cuando el helado vaya cogiendo textura, añadimos las migas de galleta para que se mezclen con la masa.

Colocamos el resultado en un tupper que vamos a meter al congelador durante un ratito antes de consumirlo. Se puede consumir al momento sin problema pero la textura del helado será mucho más líquida. 

4. Sacar el helado unos 15 minutos antes de servir el helado. Servir solo o como mucho acompañado de un par de galletas Oreo. 


HELADO HECHO A MANO

1. Metemos la nata y la leche que vayamos a emplear con bastante tiempo en la nevera para que esté todo frío a la hora de hacer la masa. 

2. Añadimos el azúcar a la leche y removemos para que se disuelva. Montamos la nata con ayuda de una batidora de varillas y la incorporamos poco a poco al resto de la masa sin dejar de batir.

3. Añadimos los trocitos de galletas y removemos para que se mezclen.

4. Metemos el helado al congelador y la cuestión es que hay que batirlo de vez en cuando para que se formen la menor cantidad posible de cristales de hielo, así que más o menos hay que batir un 2-3 veces cada hora, durante al menos 3 horas, hasta que tenga una textura adecuada.



miércoles, 23 de julio de 2014

Falafel

Ahora que es veranito y es tiempo de piscina y de salir, en casa tenemos que plantearnos la cocina de otra manera, lo que implica tener que dejar la comida hecha o casi hecha para no tener que acabar comiendo cualquier cosa o bien que con las prisas lo que iba a ser una comida estupenda se convierta en algo desastroso.  

La receta de hoy es estupenda para eso mismo, la dejas hecha, te olvidas y encima cuando llegues hambrienta a casa te pones toda contenta.

Debido a la gran aceptación que ha tenido la comida oriental en este país, supongo que es difícil encontrar a alguien en la sala que no sepa lo que es el falafel. Sólo por si acaso, el falafel son croquetas de garbanzos que suelen servirse acompañadas con salsa de yogur. Están muy buenas, son muy fáciles y lo único que necesitáis es un poquito de tiempo.

INGREDIENTES

500g garbanzos
2 cucharadas de semillas de lino/sésamo
1 cucharada de bicarbonato
1-2 cucharaditas de comino molido
1-2 cucharaditas de orégano
1 cebolleta mediana
2 dientes de ajo 
2-3 cucharadas de harina de garbanzo/pan rallado
4-5 ramitas de cilantro fresco
Pimienta
Sal

SALSA DE YOGUR
1 yogur natural
1/2-1 diente de ajo
1 limón
1 pizca de sal
1 pizca de pimienta negra



1. Ponemos los garbanzos en remojo durante al menos 24h, para que cuando vayamos a usarlos estén bien hidratados.

Evitar usar garbanzos de bote, porque como tienen mucha agua las croquetas se os pueden desintegrar en la sartén cuando vayáis a freír.


2. Cuando estén los garbanzos bien hidratados, retiramos el agua con ayuda de un escurridor y los dejamos un rato sobre un trapo de cocina limpio para eliminar todo el agua posible.


3. Trituramos los garbanzos con una batidora o picadora y vertemos el resultado sobre un recipiente grande donde podamos elaborar bien la masa.


4. Añadimos la sal, la pimienta, el bicarbonato, las semillas de lino o de sésamo, el orégano y el comino. Con ayuda de las manos, mezclamos los ingredientes. 

Picamos muy fino el ajo, la cebolleta y las hojas de cilantro. Añadimos a la masa y volvemos a mezclar.


5. La masa es muy probable que esté muy húmeda y que sea difícil formar las croquetas, por lo que añadimos harina de garbanzos para ayudar a compactar la masa. Sino tenéis este tipo concreto de harina por casa, podéis usar otras harinas o bien pan rallado.


6. Formamos las croquetas con las manos algo húmedas para que se nos pegue la masa lo menos posible.

Salen bastantes croquetas (entre 25-30), así que podéis congelarlas sin problema.


7. Freímos en abundante aceite de oliva por ambos lados y las colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.


8. Elaboramos la salsa de yogur: sacamos el yogur de envase y le añadimos el zumo de medio limón, la sal y la pimienta. Picamos el ajo lo más fino que podamos y se lo añadimos al yogur. Mezclamos todo y lo guardamos en la nevera para que esté fría cuando la vayamos a consumir.


9. Servir el falafel acompañado de salsa de yogur y de una ensalada de tipo griego (pimiento rojo y verde, tomate, pepino, aceitunas negras y queso feta).

También pueden servirse en pan de pita o tortas de trigo.




miércoles, 9 de julio de 2014

Empanadillas de salmón y manzana

Durante mis años de universidad desarrollé un fuerte instinto de abuela que me impide tirar sobras o al menos me obliga a intentar aprovecharlas en la medida de lo posible. Ahora por suerte tenemos gallinas y si hay sobras se las comen ellas que luego nos dan huevos, así que me parece justo.

Esta receta apareció como receta de aprovechamiento porque cuando compramos salmón como llena mucho, siempre acaba sobrando más de un trozo ya sea cocinado o no. Así que para que no acabe en la basura o se lo coman las gallinas, lo acabo aprovechando para unas empanadillas o bien para un picadillo o ensalada. 



INGREDIENTES

Obleas para empanadillas
2 manzanas medianas
Salmón a la plancha
3-4 cucharadas de queso ricotta
1 huevo
Pizca de sal
Orégano
Pimienta


1. Precalentamos el horno a 180-190º.


2. Sacamos las obleas para empanadillas de la nevera para que en lo que elaboramos el relleno, luego estén más manejables.

Hay miles de recetas para hacer en casa la masa de empanadillas... pero como no soy perfecta, tengo que reconocer que para cenas o comidas rápidas me puede la pereza y siempre las utilizo de las compradas.


3. En un bol, picamos los restos de pescado (teniendo cuidado de retirar todas las espinas), pelamos y picamos la manzana en trocitos y añadimos las cucharadas de ricotta. Con ayuda de un tenedor vamos formando una pasta compacta. Añadimos orégano, pimienta y un poquito de sal.


4. En cada oblea de empanadilla colocamos una porción de relleno, con cuidado de no pasaros para que luego la empanadilla cierre bien. Con ayuda de un tenedor sellamos los bordes y  las vamos colocando sobre un pliegue de papel de horno.


5. Pintamos con el huevo batido todas las empanadillas y con ayuda de un cuchillo hacemos un par de pequeños agujeros en cada una, para evitar que se nos estallen en el horno.


6. Horneamos durante unos 10-15 minutos, hasta que estén doraditas.


7. Servir recién hechas acompañadas de una ensalada.



miércoles, 25 de junio de 2014

Pulpo en aliño

Creo que ya podemos oficialmente gritar aquello de "¡VERANO! ¡VERANO!" desde la playa, la piscina, luciendo palmito desde la terraza de cualquier bar o en casa medio despelotados frente del ventilador. Así que ahora sí que oficialmente queda inaugurada la temporada de cervecitas, tintos de verano, gazpachos, ensaladas, picadillos y demás familia.

Así que por eso hoy os cuento una receta altamente recomendada para el verano, por sencilla y fresquita. Mi madre nos la lleva preparando desde que éramos pequeños, cuando todavía vivíamos en Chipiona y como fans incondicionales del pulpo cualquier excusa es buena para que aparezca encima de la mesa. Es una preparación bastante común en Andalucía y nos vale también para más tipos de pescado, huevas...



INGREDIENTES

2-3 patas de pulpo
1cebolleta grande/2pequeñas
1 ramita de perejil
Sal
Aceite de oliva suave
Vinagre de Jerez

Se suelen añadir más verduras: tomate, pimiento rojo y pimiento verde.


1. Lavamos y limpiamos bien el pulpo con abundante agua debajo del grifo y si lo hemos comprado con vísceras incluídas, se las quitamos.
 

2. Cocer el pulpo en una cazuela con abundante agua durante unos 30 minutos (no hay que echarle nada más, ni siquiera sal). El tiempo de cocción siempre depende del tamaño y del tipo de pulpo, así que comprobar bien que no os quede duro porque puede necesitar más tiempo.

Nosotros solemos aprovechar para cocer un pulpo entero y lo aprovechamos en distintas recetas.


3. Retiramos, escurrimos y con ayuda de unas tijeras troceamos en una ensaladera o recipiente hondo.

Esperamos a que enfríe antes de añadir el resto de ingredientes.


4. Troceamos finamente la cebolleta y el perejil. Se lo añadimos al pulpo.


5. Preparamos el aliño como si fuera una vinagreta en proporción 3:1, 3 cucharadas de aceite por cada cucharada de vinagre, hasta que haya más o menos suficiente como para cubrir los trocitos de pulpo.

Añadimos sal y removemos bien.

 
6. Es conveniente dejarlo hecho de un día para otro o del mediodía para la noche, para que se cojan bien todos los sabores.


7. Servir para picar acompañado de unos trocitos de pan.



jueves, 12 de junio de 2014

Scones {Un paseo por Inglaterra}

Últimamente, entre unas cosas y otras no he tenido mucho tiempo de ajustarme el delantal. Pero sí he tenido tiempo de escaparme de minivacaciones a Inglaterra y pasar unos días por Cambridge. Es una ciudad increíble que os recomiendo sin duda visitar porque es muy muy muy bonita.

Comí de más, dormí de menos, bebí mucha cerveza, vi muchos jardines, colleges y demás cosas bonitas, andé y paseé mucho, tomé un par de pintas en el pub donde Watson y Crick fueron a celebrar que habían descubierto el ADN, tomé té para merendar, me hice un trillón de fotos y por supuesto... me compré libros de cocina.

Así que invadida por el espíritu de "I love England and its Queen", he decidido preparar mi muy favorita pieza de repostería inglesa: los scones, que son unos panecillos redondos, que se sirven con una crema (clotted cream) y mermelada. Si a eso le sumáis un té, tendríamos un cream tea, o lo que es lo mismo, la definición perfecta de felicidad y de decirle adiós a la dieta.




Y cómo no... os tengo que hablar de la comida. Todo conocemos el topicazo y ya nos hemos aprendido aquello de que la gastronomía inglesa no es buena y que no está precisamente entre las mejor valoradas. Pero puedo decir que comimos muuuuy bien y cosas muuuuuy ricas, y por supuesto, grandes éxitos como el fish and chips o el roast beef. 








INGREDIENTES


Para 8-9 scones

250g harina de trigo
1 huevo
75g mantequilla
150ml de leche entera/nata líquida
1 cucharada y media y azúcar glas
1 cucharada de levadura en polvo
1 cucharadita de levadura de panadería seca
1 pizca de sal

Opcional: pasas, arándanos, frutos secos...

Receta inspirada en una de las recetas de scones de Nigella Lawson y en otra receta de la BBC.


1. Precalentamos el horno a 200º.


2. Justo antes de ponernos manos a la obra, sacamos la mantequilla de la nevera y la cortamos en daditos. Cuando vayamos a usarla tiene que estar fría.


3. En un recipiente añadimos los elementos secos previamente tamizados (si es necesario): harina, sal, levaduras y azúcar glas. Removemos para mezclar los ingredientes.

Añadimos la mantequilla en trocitos y con ayuda de las manos, vamos a ir amasando la mezcla con las puntas de los dedos, porque con el calor de las manos, la mantequilla comienza a derretirse y a fundirse con el resto de ingredientes. Paramos cuando tengamos la masa como si fueran migas.   


4. Hacemos un hueco en el medio de la masa y añadimos la leche/nata. Comenzamos a remover (bien con las manos o con unas varillas) hasta que esté todo más o menos mezclado, que amasamos hasta obtener una mezcla blanda y firme, que no se pegue a las manos (si es necesario corregimos con cuidado con harina o leche).

No trabajéis mucho la masa, porque sino la textura del scone una vez horneado puede cambiar mucho.


5. En una superficie lisa y enharinada, aplanamos y estiramos la masa hasta que tenga un grosor de unos 1,5-2 cm.

Con ayuda de un cortapastas (podéis hacerlos de cualquier tamaño, pero lo normal es usar uno de unos 5cm de diámetro), recortamos los bollos y vamos colocándolos sobre una bandeja forrada con papel de horno. Los recortes sobrantes se juntan y amasan y volvemos a cortar.


6. Una vez tengamos todos los scones preparados para hornear, los pintamos con huevo batido o bien con un poco de leche/nata. Eso ya a vuestro gusto. Yo los pinto con huevo porque quedan más doraditos.


7. Horneamos unos 15-20 minutos. Vigilarlos porque depende del tamaño tardan más o menos en estar listos.


8. Retirar y servir templados y partidos al medio, con una buena taza de té y con clotted cream o mantequilla y mermelada.

La clotted cream es difícil de encontrar por España, por eso la opción más cercana (aunque ni se le parezca...) es la mantequilla. Si os atrevéis a hacer clotted cream casera podéis encontrar un montón de recetas en la red, simplemente lleva nata, tiempo y paciencia.



martes, 20 de mayo de 2014

Noodles con pollo y verduras {Fideos chinos}

Después de llevar años comiendo paquetes de noodles instantáneos, de estos que vienen preparados (la vida universitaria y la cocina relacionada con ella hacen mucho mucho daño) llegó un momento en el que pensamos que no tenía que ser tan difícil prepararlos y que estarían muchísimo más buenos.

Así que con un poquito de ayudita (siempre hay que preguntar a la gente que sabe más), mi hermano y yo acabamos bautizando al plato como "Fideos chinos estilo Bielva".

Tiempo después, la receta se hizo mayor y fue evolucionando. Y aunque hemos ido cambiándole elementos y proporciones, sigue siendo la misma, forma parte de nuestra lista de grandes éxitos.





INGREDIENTES

Para 4 personas

1/2 pechuga de pollo
1 cebolla morada
3 zanahorias
1 pimiento verde italiano
2 puerros
1 paquete de noodles/fideos chinos
1/2 cucharadita de citronella seca
Pimienta negra
1 taza de vino blanco (125ml)
1 taza de salsa de soja
3 cucharadas de azúcar
Sal
Aceite de oliva


1. Lavamos y picamos la verdura en trozos que no sean muy grandes. La ponemos a fuego medio en un wok o una sartén grande con un poco de aceite. Añadimos la citronella, sal y pimienta a la verdura y vamos removiendo de vez en cuando mientras se hace.

Yo reconozco que en esta receta para hacer la verdura, soy un poco maniática y uso aceite de oliva suave, pero bien se puede usar aceite de girasol o aceite para wok.


2. Cuando la verdura esté más o menos al dente, añadimos el pollo y cuando veamos que ya no está crudo, empezamos a preparar la salsa para los noodles.

Añadimos al wok el vino y la salsa de soja, mezclamos y removemos y añadimos las 3 cucharadas de azúcar. Volvemos a mezclar y dejamos que reduzca durante unos 10-15 minutos.


3. En un cazo con agua y un poco de sal, cocemos los fideos chinos (seguir las instrucciones de proporción de agua/fideos del fabricante). No tardan nada en cocerse, así que para que no se nos quede una pasta blandurria, los ponemos a cocer justo cuando tengamos que incorporarlos.


4. Escurrimos bien los fideos y mezclamos todo en el wok. Aunque quede algo salsa en el plato, la pasta va prácticamente a absorber todo el líquido.


5.
Servir recién hecho y comer con palillos, ¡nada de hacer trampas!



jueves, 8 de mayo de 2014

Bundt cake feo de fresas y chocolate blanco

Sé muy bien que la comida entra por los ojos y que cada vez más nos hemos acostumbrado a que tenga que tener un aspecto impresionante. Y creo que se come de otra manera, como si fuera a estar más bueno.

Por eso, me encanta cuando se produce un milagro y me sale un plato de aspecto dudable o sospechoso que cuando lo pruebas está taaaaaan bueno que aún siendo feo el pobre desgraciado te enamoras.

Esto es lo que me ha pasado con este bundt cake de fresas y chocolate blanco, que me pasé echando fresas... y cuando fui a desmoldar... bueno... digamos que tuve algunos problemas técnicos. Pero como según dicen el amor es ciego... Aquí estamos mi bundt cake y yo.






INGREDIENTES

1 yogur griego
100ml leche
3 huevos
200g harina
2 cucharadas azúcar avainillado
1 sobre levadura en polvo
80g mantequilla
90g azúcar moreno
40g chocolate blanco
500g fresas
Pizca sal
Pizca canela en polvo


1. Sacamos un ratito antes la mantequilla de la nevera para que cuando vayamos a usarla esté blandita, en punto pomada.


2. Precalentamos el horno a 180º.



3. Lavamos y pelamos las fresas en trozos medianos, que los encontremos bien, no tiene porqué ser en dados o trozos pequeñitos. Reservamos.


4. Dejamos listo el chocolate: podemos rallarlo o bien trocearlo para obtener chips o chispas. Reservamos.


5. En un recipiente mezclamos con unas varillas los huevos, el azúcar (moreno y avainillado) y la mantequilla. Removemos bien y añadimos la leche y el yogur y volvemos a remover.

Ahora añadimos los elementos secos previamente tamizados: harina, levadura, sal y canela. Batimos y cuando tengamos una masa homogénea añadimos la fruta y el chocolate.


6. Si es necesario engrasamos el molde. Vertemos la masa y horneamos a 180º durante unos 40 minutos. Compramos que esté hecho pinchando con un palillo.


7. Sacamos del horno y esperamos al menos unos 30 minutos para poder (o más bien, cruzar los dedos y esperar) desmoldar sin romper el bizcocho. Si lo dejáis más tiempo enfriando mejor y vuestro bundt cake tendrá un aspecto más saludable que el mío...


8. Una vez desmoldado, dejamos que se vaya enfriando sobre una rejilla. Servir en frío y morir de amor, porque se aprecian mucho más los sabores.



viernes, 2 de mayo de 2014

English breakfast

Si tienes un novio que se va Inglaterra, las opciones más probables para despedirte son convertirte en el monstruo de los mimos y achuchones y por supuesto, ponerte a cocinar para asegurarte de que te va a echar de menos.

Así que para que se fuera aclimatando, lo primero es el desayuno. No es un desayuno que pueda servirse todos los días (tus arterias empezarían a llorar y suplicar) pero sí es un desayuno/almuerzo de domingo u ocasiones especiales.

Tenía una ligera idea de lo que llevaba éste desayuno, pero gracias a la reciente emigración de gente de mi generación a Inglaterra, pude preguntar a una de mis amigas que vive en Manchester y me dio instrucciones.





INGREDIENTES

Por persona

1 huevo
2 lonchas de bacon
2 salchichas blancas/1 chorizo criollo
Black pudin (morcilla sin arroz)
1 tomate mediano maduro
4 champiñones
Beans
Sal
2 rebanadas de pan
Pimienta negra
Café/Té
Zumo de naranja


1. Lavamos y cortamos el tomate y los champiñones en láminas más o menos finas, para que no tarden mucho en hacerse. Reservamos.


2. La idea es que hay que cocinarlo todo en la misma sartén, así que cogemos una grande y a fuego medio ponemos las salchichas, el bacon y la morcilla con un poquito de aceite de oliva, lo justo para que no se pegue nada.

Cuando esto ya va estando, añadimos el tomate y los champiñones y los salpimentamos.

Vamos sacando las distintas cosas de la sartén a medida que van estando.


3. En una sartén aparte (es lo único que se cocina aparte) hacemos el huevo, como más os guste, frito o a la plancha.


4. Tostamos las rebanadas de pan y calentamos las beans (siempre son de bote).

Nosotros no añadimos beans por un despiste, ayer fue festivo ¡y me di cuenta tarde de que se me olvidó comprarlas!


5. Lo colocamos todo en un plato, acompañado de pan, café y zumo de naranja.



lunes, 14 de abril de 2014

Tortilla de espárragos trigueros

¡Por fin! ¡Por fin! ¡Por fin! ¡Por fin! ¡Por fin! ¡Han llegado los espárragos trigueros!

Aprovechamos el buen tiempo del fin de semana para dar un par de vueltas por el monte, navaja en mano. Tuvimos suerte y no volvimos a casa con las manos vacías.





Así que aprovechando que están recién cogidos, lo más fácil y sencillo, es hacer una tortilla.





INGREDIENTES

2-3 huevos
Espárragos trigueros
2 dientes de ajo
Perejil fresco
Aceite oliva
Sal


1. Lavamos y cortamos los espárragos en trocitos de más o menos 1cm. Las partes más leñosas las tiramos porque luego en la tortilla pueden quedar muy duras.

Después pelamos y picamos los 2 dientes de ajo en trocitos.


2. En una sartén a fuego medio (en la misma que vayamos a hacer la tortilla) con un poco de aceite de oliva sofreímos los espárragos y el ajo durante 5 minutos, más o menos hasta que parece que empiezan a dorarse.

Retiramos del fuego y escurrimos la verdura del aceite, retirando el sobrante de aceite que nos ha quedado en la sartén, para que la tortilla no se empape.


3. Batimos los huevos, añadimos un poquito de sal y perejil e incorporamos los trocitos de espárragos y ajo.



4. Hacemos la tortilla a fuego medio.


5. Servir con un trocito de pan y una ensalada.
 



jueves, 3 de abril de 2014

Crumble de fresa y manzana

Como parece que la primavera no quiere todavía dar la cara, hoy aparezco con un postre caliente debajo del brazo. No os dejéis asustar por el nombre porque es muy muy sencillo de hacer. Es también una buena forma de aprovechar la fruta que se nos pone madura y no sabemos qué hacer con ella.

Un crumble es un pastel con fruta que lleva por encima una costra (o un crujiente, que suena mejor) de harina y galletas.





INGREDIENTES

Fruta
1 manzana
500g fresas
1 naranja
3 cucharadas de azúcar

Crujiente
75g azúcar
70g mantequilla
100g harina
10 galletas tipo María o digestive

Estas proporciones son para un molde pequeño, de unos 20cm. 


1. Nos encargamos de la fruta: pelamos y cortamos la manzana en dados y por otro lado lavamos y picamos las fresas.  Colocamos los trocitos de fruta en un plato hondo y añadimos 3 cucharadas de azúcar y el zumo de una naranja. Reservamos.


2. Una vez preparada la fruta, precalentamos el horno a 180º, arriba y abajo.


3. En un recipiente tipo ensaladera, colocamos 75g de azúcar y 70g de mantequilla cortada en dados y recién sacada de la nevera. Mezclamos un poco con las manos.

Añadimos el harina y las galletas en migas. Comenzamos a amasar y vamos a ir obteniendo una mezcla con grumos, que no tiene que estar homogénea.


4. En un recipiente apto para horno, colocamos la fruta que teníamos preparada y por encima ponemos la masa con grumos, cubriendo toda la fruta.


5. Ponemos el horno en grill a 180º y horneamos 10-15 minutos. Estar atentos porque está listo enseguida.


6. Servir caliente o templado. Se puede comer solo acompañado de una buena taza de café o incluso para los más valientes se puede acompañar de natillas o helado.



  

jueves, 27 de marzo de 2014

Ensalada de col

Aunque en nuestro Hogar dulce Hogar nos declaramos fans absolutamente incondicionales de la tortilla de patata y la dieta mediterránea, disfrutamos mucho con pequeños paseos gastronómicos de andar por casa.

Hoy os traigo una receta archiconocida de ensalada americana que se usa como guarnición de carnes, pescados, hamburguesas... o más bien, ¡cualquier cosa!

A mi me encanta sobretodo por toda la textura de la verdurita cruda.

Receta inspirada (sobre todo por la salsa) en una receta de Martha Stewart.

Y por supuesto, altamente recomendable escuchar The Sounds mientras la preparáis: http://www.youtube.com/watch?v=AjY4Wj_-Zec.





INGREDIENTES

1/2 col o repollo
3 zanahorias
1 cebolleta
1 manzana
3 cucharadas de semillas de sésamo 

Salsa:
1 huevo
Aceite de oliva
1 cucharada de agua
1/2 cucharadita de azúcar
1/4 taza de vinagre de manzana (3 cucharadas)
Pimienta negra
Sal


1. Lavamos y pelamos las zanahorias y la manzana. Quitamos la primera capa de la cebolleta y la col y lavamos también ligeramente.

Con ayuda de una mandolina, cortamos finamente la col y la cebolleta. Se puede hacer sin mandolina, pero aviso de que vais a tardar muchísimo. Reservamos.


2. Ahora cortamos la manzana (previamente pelada en gajos) y las zanahorias empleando un rayador. Juntamos con el resto de la verdura.


3. Para preparar la salsa, primero elaboramos una mayonesa casera con un huevo y aceite de oliva. Una vez que esté lista, añadimos primero la cucharada de agua para rebajarla y damos vueltas con una cuchara. Añadimos el azúcar y el vinagre y volvemos a remover. Por último salpimentamos.


4. Añadimos la salsa a la verdura cortada y preparada sobre una ensaladera. Ponemos unas cucharadas de sésamo por encima y removemos bien todo el conjunto.

Servimos como acompañamiento.

Sino vais a consumirla inmediatamente o os quedan sobras, ¡guardarla en la nevera!




viernes, 14 de marzo de 2014

Tarta de piña {Pi Pie}

Hablaros de una constante matemática en un blog sobre comida puede sonar entre absurdo y pretencioso.

A no ser que... ¡estemos a 14 de marzo y sea el Día de Pi! Se celebra éste día por la forma en la que se escriben normalmente las fechas en EEUU, 3/14 y hay distintas celebraciones ya en bastantes sitios (ya sé que estáis pensando que los frikis celebramos cualquier cosa...). Entre otras cosas, es habitual comer tartas (pie) decoradas en relación a Pi.

Así que vamos a aprovechar la ocasión para hacer una pie de piña (¡tenía que ser de piña!). Y ya de paso, nos la comeremos acompañada de unas piñas coladas.   

Me encantan este tipo tartas y para inspirarme un poco he cogido la receta de tarta/pastel de papaya que ya os había traído por aquí. Dan ganas de ponerlas a enfriar en la ventana. Es como coger una máquina del tiempo a los años 50.





INGREDIENTES

BASE: Masa quebrada
200g harina
100g de mantequilla
1 vaso de agua fría
1 cucharadita de azúcar
1 pizca de sal

RELLENO
3 huevos M
200ml nata
80g mantequilla
8 rodajas de piña al natural
3 cucharadas de zumo de limón
3 cucharadas de harina
1 cucharada azúcar avainillado
100g azúcar
100ml del propio jugo de la piña
1/2 cucharadita de jengibre molido
Pizca sal

ACOMPAÑAMIENTO 
100ml nata
3 cucharadas de nutela
1 cucharada de azúcar avinillado

Realmente no es necesario acompañarla con nada, está buenísima, pero en casa siempre me andan reclamando algo para que la tarta no se sienta tan sola.

 
1. Lo primero de todo es preparar la masa: sacamos la mantequilla de la nevera y cortamos los 100g de mantequilla en dados. Hay que añadirla fría, sin que haya empezado a derretirse.


2. En un recipiente tipo ensaladera, ponemos el harina, el azúcar y la sal. Removemos un poco para mezclar y añadimos la mantequilla en dados.

Con las manos empezamos a amasar bien la mezcla y añadimos el agua fría. Seguimos amasando hasta obtener una masa homogénea. Hacemos una bola y la envolvemos en plástico transparente y la dejamos reposar en la nevera 30 minutos.


3. Cuando haya pasado el tiempo de espera para la masa, la sacamos de la nevera y ponemos a precalentar el horno a 180º.


4. Espolvoreamos un poco de harina sobre la superficie de trabajo para que no se nos pegue la masa y comenzamos a amasar con las manos. Con ayuda de un rodillo, conseguimos más o menos un círculo del tamaño aproximado del molde.


5. Engrasamos el molde, ponemos un poco de papel de horno sobre él y lo forramos con la masa, retirando los bordes sobrantes.

Pinchamos un poco la masa con un tenedor y colocamos por encima un puñado de garbanzos (o cualquier otra legumbre que tengamos por casa) para que se abombe lo menos posible. Lo metemos al horno unos 10 minutos.


6. Mientras vamos a ir preparando lo que necesitamos para el relleno: derretimos la mantequilla y troceamos la piña en trocitos. Cogemos un limón y exprimimos una la de las mitades. Retiramos 100ml del jugo de la piña. Reservamos todo.


7. En un recipiente añadimos los huevos, la nata, la mantequilla, el zumo de limón y el jugo de piña. Con ayuda de unas varillas mezclamos.

Ahora vamos añadiendo mientras vamos mezclando el azúcar, el harina, la sal, el jengibre y el azúcar avainillado. Por último añadimos los trocitos de piña.


8. Retiramos los garbanzos de la masa quebrada y vertemos el relleno. Hay que distribuir la piña de forma un poco homogénea porque sino va a quedarse toda en el centro. 


9. Horneamos a 180º durante unos 40 minutos. Retiramos cuando esté dorada la masa y la tarta esté firme. Esperar para desmoldar un ratito.


10. La decoración de este tipo de tratas puede ser muy variada.

Como nosotros queremos poner algo sobre Pi, imprimimos unas banderitas. Si os sobra masa quebrada podéis meterla al horno dándole la forma que queráis con unos cortapastas, y colocar luego con cuidado sobre la superficie de la tarta.


11. Servir en frío.

No es necesario preparar un acompañamiento, pero si os animáis, se pueden usar merengues, natas o cualquier cosa engordante que se os ocurra.

Nosotros hoy nos arrancamos con una crema de nutela: en un cazo ponemos la nata y añadimos las 3 cucharadas de crema de cacao y el azúcar. Ponemos el fuego medio/bajo y vamos removiendo, cuando esté todo bien integrado y esté empezando a espesar, retiramos del fuego. Servimos en frío, porque según se vaya enfriando va a ir cogiendo más cuerpo y espesando.


¡Happy Pi Day!


miércoles, 5 de marzo de 2014

Bizcocho de fresas y naranja

Los carnavales acaban oficialmente hoy... y hasta el año que viene no vuelven (snif snif). Después de lo bien que lo hemos pasado, ya sólo nos queda descansar y como buenos Oompa Loompa, trabajar y pensar en ideas para el año que viene!



Para ayudar a pasar la resaca carnavalera y para inaugurar la temporada de fresas oficialmente hemos preparado un bizcocho inspirándonos en el típico postre de fresas con naranja. 






INGREDIENTES

250g fresas
1 naranja
1 yogur griego
80g mantequilla
100ml leche
220g de harina
3 huevos M
1 sobre de levadura
130g de azúcar
1 cucharada de azúcar avainillado
Pizca de sal

Crema para acompañar
200ml crema fresca (Crème fraîche)
1/2-1 cucharadita de canela en polvo



1. Precalentamos el horno a 180º.

2. Derretimos la mantequilla con ayuda de una sartén o con un golpe de microondas. Reservamos.


3. Ahora nos ponemos con la fruta: lavamos y picamos las fresas en trocitos no demasiado pequeños y los colocamos en un plato hondo y añadimos 2 cucharadas de azúcar.

Lavamos la naranja y rallamos la piel (con cuidado de no llevarnos la parte blanca) y exprimimos una de las mitades. Reservamos la ralladura y añadimos el zumo obtenido a las fresas. 


4. En un recipiente adecuado mezclamos los huevos, la mantequilla y el azúcar con unas varillas. Luego añadimos la leche y la ralladura de naranja y seguimos mezclando.


5. Tamizamos la levadura y el harina y añadimos a la mezcla. Por último añadimos las fresas, incluyendo todo el jugo que han ido soltando.


6. Engrasamos el molde, si es necesario, y vertemos la masa. Horneamos durante unos 45-50 minutos, hasta que esté dorada y al pincharlo salga limpio un palillo.

Debido a todo el agua de las fresas es normal que no suba tanto como otros bizcochos, pero queda muy jugoso.


7. Para desmoldarlo bien y evitar desastres, esperamos al menos 30 minutos.


8. Como acompañamiento del bizcocho vamos a usar crème fraîche. Colocamos en pequeño recipiente la crema, añadimos la canela y mezclamos bien. A nosotros nos gusta el toque ácido que le da sin añadirle azúcar, pero eso ya va en gustos.

Vigilar los trozos, ¡porque al menos en mi cocina volaron!



viernes, 7 de febrero de 2014

Rollitos vietnamitas con salsa agridulce

Ahora que todo el mundo en casa ha aprendido a comer con palillos, parece que hay que aprovechar, así que no se nos termina de ir el gusanillo de seguir preparando comida inspirada en Asia.

Hoy os traigo unos rollitos vietnamitas frescos. Éstos se preparan envolviendo el relleno en papel de arroz y se consumen en crudo, sin cocinar el envase. Hay muchas versiones de éste plato (al vapor, fritos...) y por supuesto, en el relleno podéis poner carne, pescado o lo que más os apetezca.






INGREDIENTES

Para 10-12 piezas

Obleas de papel de arroz
1 manzana (pink lady)
3 zanahorias
1 trozo de lombarda
2 tomates
1 taza de pepinillos encurtidos
150g de queso fresco
Sal

Salsa agridulce:

1 taza de agua
1/2 taza de vinagre
4-5 cucharadas de azúcar
1-2 cucharadas de tomate frito
2 hojas de gelatina neutra


1. Lo primero de todo es preparar un rato antes la salsa agridulce para que le de tiempo a enfriarse: en un cazo a fuego medio añadimos el agua, el azúcar y el vinagre y vamos removiendo para que el azúcar vaya disolviéndose mientras se va calentando. Dejamos que rompa a hervir y añadimos el tomate frito para aportar color y algo de sabor. Removemos y dejamos al fuego unos 5 minutos para que reduza un poco.

Retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina previamente hidratadas de una en una, disolviendo bien antes de añadir la siguiente. Servimos en un bol y dejamos que se enfríe y se solidifique.

La salsa agridulce que nos sobre, la guardamos bien en la nevera para otro plato (dura unos días) o también la podemos congelar.


2. Lavamos, pelamos y troceamos la manzana, las zanahorias y la lombarda. Intentar que los trozos sean lo más pequeños posibles. Añadimos todos los cachitos a un bol o ensaladera. También añadimos el tomate cortado en dados.


3. Trocemos el queso y los pepinillos en dados o en trocitos pequeños. Los añadimos al resto de la mezcla.

Añadimos una pizca de sal y revolvemos bien para que se mezclen todos los ingredientes. Si veis que en la ensaladera hay mucho líquido (debido sobre todo al tomate y al queso) quitarle todo el que podáis con ayuda de un escurridor. 


4. Hay que aderezar un poco el relleno de los rollitos, así que añadimos 4-5 cucharadas de la salsa agridulce que tenemos preparada y damos varias vueltas para mezclar bien.

Probadlo y ver si es necesario añadir más salsa o más sal.


5. Ahora viene el montaje de los rollitos: para hidratar las obleas de papel de arroz colocamos agua tibia en una cazuela que tenga una base grande. Introducimos una oblea en el agua durante unos segundos hasta que empiece a ablandarse: tiene que estar algo rígida cuando la saquemos del agua.

La extendemos con cuidado sobre en un plato plano y seco. Colocamos un par de cucharadas del relleno de forma rectangular y comenzamos el doblaje del rollito: primero los extremos izquierdo y derecho (como en la foto) y luego enrollamos todo el conjunto desde la parte superior.

Repetimos el mismo proceso con la siguiente.

Es importante que manejéis las obleas con cuidado porque se rompen a la mínima (aunque si se han roto un poco se pueden usar igual, poniendo más cuidado al enrollarlas).


6. El plato en el que vayáis a colocar los rollitos es bastante recomendable que esté previamente frotado con un poquito de aceite de oliva, para que no se queden pegados.

Y que no se me olvide que sino se van a comer los rollitos justo al momento para evitar que se seque mucho el papel de arroz, hay que colocar por encima un paño de cocina ligeramente húmedo.


7. Servir acompañados de salsa agridulce.




domingo, 2 de febrero de 2014

Gofres de pizza

Es casi casi una verdad universal que yo los domingos siempre me quejo por todo y que los considero un día un poco extraño.

Una buena opción de domingo tarde es sofá, periódico, peli y manta. Y por supuesto no pueden faltar unas gominolas, palomitas, patatas o cualquier cosa que se te haya antojando de camino al kiosco. Aunque una, todavía, mejor opción es una merienda de crepes, gofres o tortitas

Hoy os traigo una estupenda receta de gofres salados con sabor a pizza. La receta en la que me he basado la saqué de un librito sobre gofres que mi madre me regaló estas navidades junto con la gofrera. Para los afortunados que no estáis acumulando más y más trastos de cocina en todos los armarios de casa y no tenéis gofrera, se puede preparar la masa y cocinarla a modo de tortitas.





INGREDIENTES

Para 8-9 gofres

130g harina de trigo
1 cucharadita de levadura en polvo
2 huevos M
125ml leche desnatada
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharadita de orégano
Sal
3-4 cucharadas de tomate frito
1 taza de queso mozzarella rallado


1. Con ayuda del microondas o de una sartén pequeña, derretimos la mantequilla. Reservamos.


2. En un recipiente, mezclamos la mantequilla con los huevos y la leche con una batidora o bien con ayuda de unas varillas. 


3. Añadimos a la masa el harina y la levadura previamente tamizados. Removemos bien y añadimos la sal, el orégano y el tomate frito. Por último añadimos el queso y volvemos a mezclar.


4. Enchufamos la gofrera y aplicamos un poco de aceite de oliva a los moldes para que no se pegue la masa.


5. Añadimos unas 2-3 cucharadas de masa a la máquina, teniendo en cuenta de no pasarnos porque la masa lleva levadura y va a crecer. Cerramos y tardarán unos 5 minutos en estar hechos aunque tenemos que ir vigilando que no se nos quemen.

Sacamos con ayuda de una espátula de madera y volvemos a cargar masa.


6. Servimos todavía calientes o tibios. Se pueden comer solos o acompañados de unas lonchas de jamón york/pavo o de bacon.